El principal coordinador humanitario de Naciones Unidas para Afganistán, Martin Griffiths, ha avisado de que el programa general de ayuda humanitaria para el país centroasiático podría acabar condicionado por el veto impuesto por los talibán contra la educación femenina y contra su desempeño como trabajadoras de organizaciones no gubernamentales.

La prohibición contra las trabajadoras humanitarias ha supuesto que unas150 ONG claves para la redistribución de la ayuda -generalmente en efectivo, debido a las sanciones de Estados Unidos contra el movimiento fundamentalista- que la ONU entrega al país, hayan tenido que suspender parcialmente sus tareas y generado una situación de alarma en pleno invierno que ha motivado la inminente visita de Griffiths a Afganistán para discutir la situación con responsables humanitarios.

Asimismo, los vuelos de Naciones Unidas que transportan dicha ayuda han quedado parcialmente suspendidos a la espera de que los talibán rectifiquen su conducta.

"Sin mujeres que trabajen no podemos cumplir nuestras promesas a la gente, principal objetivo de la ayuda humanitaria. Va más allá de ser una cuestión de derechos. Es una cuestión práctica", ha explicado en declaraciones a la cadena BBC.

En la misma entrevista, Griffiths ha matizado que el veto talibán no parece ser generalizado, pero sí lo suficientemente extendido como para que la ONU se esté replanteando el programa de ayuda. "Ahora mismo hay lugares del país donde las mujeres parece que pueden trabajar. Pero no quiero especular qué hacer con un veto que no se está aplicando de manera universal. Ahora mismo, no veo cómo podemos seguir con esta situación", ha indicado.