La interrupción legal del embarazo de una niña de 10 años, fruto de las violaciones a las que la sometía su tío, ha reavivado la polémica sobre el aborto en Brasil, donde la ley restringe esta práctica, que enfrenta a grupos conservadores y de defensa de los derechos de las mujeres.

El caso salió a la luz la semana pasada, después de que la menor acudiera a un hospital de Sao Mateus, en el estado de Espírito Santo, con fuertes dolores abdominales y se constatara que estaba embarazada de cerca de tres meses.

La Justicia brasileña autorizó el pasado viernes el aborto legal de la menor, pero los médicos de la ciudad de Vitoria, capital de su estado natal, se negaron a practicárselo, alegando motivos de conciencia.

Como consecuencia, la niña y su familia, de escasos recursos, enfrentaron un vía crucis hasta que este lunes pudo someterse al procedimiento en la ciudad de Recife, para lo que tuvieron que desplazarse 1.848 kilómetros.

Presiones y acoso

En Brasil, el aborto solo está permitido en casos de violación, si la gestante corre riesgo de muerte o cuando el feto presenta anencefalia. La polémica, muy recurrente en el país, se ha reavivado debido al eco mediático del caso y a las manifestaciones de activistas a favor y en contra del aborto a las puertas del hospital.

La Fiscalía incluso ha abierto una investigación por la supuesta presión sufrida por parte de grupos religiosos, tanto evangélicos como católicos, para intentar persuadir a la familia de la pequeña de que no se realizara el aborto.

Mientras tanto, el presunto violador de la niña, un tío de la menor de 33 años que llevaba agrediéndola sexualmente desde que ella tenía seis años, está prófugo de la Justicia. Según el Anuario de Seguridad Pública, en Brasil se cometieron 66.000 violaciones en 2018, de las cuales un 54% fueron menores de 13 años.

Diversos activistas se concentraron el domingo a las afueras de la clínica y algunos de estos grupos llegaron a intentaron irrumpir en el centro, mientras vociferaban que el médico y la paciente eran "asesinos".

Ello, después de que la ultraderechista brasileña Sara Giromini, más conocida como 'Sara Winter', filtrase la dirección del hospital y además divulgase en las redes sociales la identidad de la menor.

El presunto violador, detenido

Mientras tanto, el presunto violador de la niña, que se encontraba huido, ha sido detenido este martes, según ha informado el gobernador de Espírito Santo, que precisó que la detención se produjo esta madrugada. "Que sirva de lección para quien insiste en practicar un crimen brutal, cruel e inaceptable de esa clase", señaló en su cuenta de Twitter.

El hombre, de 33 años, fue arrestado en el estado vecino de Minas Gerais: sería el tío de la víctima y, según denunció la niña, cometía las agresiones sexuales desde al menos hace cuatro años.