Obama, que el martes anunció su intención de elevar el alcance de la revisión de antecedentes en la compra de armas por decreto, dijo que es necesario tener "el mejor sistema de antecedentes posible".
Criticó la oposición a esas medidas y comparó los controles a la necesidad de de los cinturones de seguridad en los automóviles o que las medicinas tengan sistemas para que los niños no puedan intoxicarse.
La Casa Blanca quiere extender los controles de antecedentes de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), que se deben realizar cuando se compra una arma en una tienda, a las transacciones entre particulares, siempre que éstos realicen un alto volumen de ventas.
Obama dijo que está abierto a reunirse con el grupo de presión de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), que se negó a participar en este foro y se ha opuesto a cuantas medidas el Gobierno ha propuesto. En el foro, en el que intervinieron ciudadanos, el presidente dijo que la NRA se ha mostrado en el pasado a favor de expandir los controles de antecedentes a más tipos de transacciones.
"Ahora lo que tenemos es una excepción, que se usaba para coleccionistas, convertida en una industria masiva", explicó el presidente, que acaba de entrar en su último año de mandato con el Congreso dominado por la oposición republicana.
"Mis posiciones no son radicales, pero se ha creado una atmósfera en que si presentamos una propuesta con sentido común y modesta, que respeta la Segunda Enmienda (de la Constitución), se califica como un intento mío para confiscar las armas de todos", se lamentó Obama.
La Segunda Enmienda de la Constitución defiende el derecho a portar armas, aunque son las leyes las que deben establecer los controles para acceder a armas con cada vez mayor capacidad de fuego.