Obama se ha dirigido a los periodistas en el Despacho Oval para insistir en que las recomendaciones de su gobierno para una acción ejecutiva sobre control de armas están dentro de sus atribuciones y que no violan la segunda enmienda. Asimismo, ha incidido en que con estos cambios espera poder "salvar vidas".

Estas declaraciones han tenido lugar tras una reunión con la fiscal general Loretta Lynch y el director del FBI, James Comey, en la que se ha debatido sobre las maneras de implementar una acción ejecutiva que tiene como objetivo establecer nuevos y rigurosos controles para la adquisición de armas de fuego, tal y como ha informado la cadena Univision.

La Casa Blanca explica que será requisito indispensable pasar por el control de antecedentes penales para poder comprar armas, incluso cuando se haga a través de Internet. Esta medida regirá tanto a quienes intenten adquirir un arma como individuales o a través de una corporación. El FBI cooperará en el proceso con la contratación de más de 200 evaluadores.

De la misma forma, Obama confía en que el Congreso apruebe una inversión de 500 millones de dólares para mejorar el sistema de revisión de la salud mental de los compradores de armas.

"Estas no son sólo recomendaciones que están dentro de los límites de mi autoridad legal y de la rama ejecutiva, sino que también tienen el respaldo de la abrumadora mayoría del pueblo estadounidense, incluidos los propietarios de armas", ha agregado Obama.

El mandatario ha pedido en repetidas ocasiones al Congreso que refuerce las leyes sobre armas de fuego. Sus llamamientos se intensificaron después de la masacre de 2012 en una escuela primaria en Newtown, en Connecticut, y volvieron a resonar tras los recientes tiroteos de Colorado Springs y San Bernardino.

En su mensaje de este lunes, Obama ha subrayado que es necesario "trabajar juntos para ver qué es lo que se puede hacer para prevenir la violencia", toda vez que "decenas de miles de personas" mueren cada año por armas de fuego y la "frecuencia de tiroteos masivos" es superior en Estados Unidos a la de otros países similares.

Sin embargo, el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, ya ha advertido en un comunicado de que, a falta de conocer "los detalles del plan", Obama está "cuanto menos saltándose la rama legislativa" de una forma "peligrosa".

El derecho a portar armas está protegido por la Constitución de Estados Unidos, y la Asociación Nacional del Rifle, el mayor grupo de activistas a favor de las armas, es temida y respetada en Washington por su capacidad para movilizar a los dueños de armamento. El Congreso no ha aprobado una ley importante sobre control de armas desde la década de 1990.