El presidente estadounidense, Barack Obama, ha pedido a los musulmanes que se sientan parte de EEUU y a los ciudadanos en general que no se queden callados ante la intolerancia religiosa. En un discurso desde una mezquita en Baltimore (la primera que visita en EEUU desde que llegó a la Casa Blanca, en 2009), Obama ha denunciado la que califica de "inexcusable" retórica de algunos aspirantes republicanos a la Presidencia, en lo que pareció una clara alusión a Donald Trump, quien ha propuesto vetar la entrada al país a los musulmanes ante la amenaza del terrorismo yihadista. Obama denunció la "inexcusable retórica política" usada por algunos en la campaña para las elecciones presidenciales del próximo noviembre y dijo que "no tiene cabida" en EEUU. 

En esa línea, el presidente estadounidense ha instado a "rechazar" las ideas políticas que se basan en prejuicios o sesgos religiosos. "Si somos serios sobre la libertad religiosa, y estoy hablando ahora a mis hermanos cristianos que siguen siendo mayoría en el país, tenemos que entender que el ataque a una fe es un ataque a todas", ha argumentado. 

Al darles las "gracias", el mandatario ha recordado que varias "generaciones" de musulmanes "ayudaron a construir" Estados Unidos y que el islam siempre ha sido parte de la historia del país, desde los tiempos coloniales. 

"Nuestros programas de televisión deberían tener a algunos personajes musulmanes no relacionados con la seguridad nacional", ha dicho al sostener que no es difícil de hacer y compararlo con la época en la que no había personas negras en la pequeña pantalla. 

Según Obama, es una tarea global y de todos los creyentes, ya sean musulmanes, cristianos o judíos, condenar la violencia. "Así que ninguno de nosotros puede quedarse en silencio. No podemos ser espectadores de la intolerancia", ha afirmado. 

Sin mencionarlos directamente, Obama ha querido responder también a los candidatos presidenciales republicanos como Ted Cruz o Marco Rubio que le critican por su decisión de evitar el término "islam radical" para referirse al terrorismo yihadista, especialmente tras los atentados de París y de San Bernardino (California).