El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, ha anunciado este viernes que el Gobierno extenderá el confinamiento del país hasta el próximo 3 de mayo, aunque algunos comercios tendrán permitido reabrir a partir del 14 de abril. "Es una decisión difícil pero necesaria, para la cual asumo plena responsabilidad política", ha afirmado.

El Ejecutivo impuso el aislamiento en todo el país el pasado 9 de marzo, unas medidas que estaba previsto que concluyesen este lunes, tras haber decretado una primera prórroga hasta el 13 de abril. No obstante, podrán reabrir librerías, papelerías o tiendas de ropa para niños, según ha detallado Conte, que se suman así a farmacias y comercios de alimentación, que han seguido abiertas.

Durante su comparecencia, Conte también ha destacado que el acuerdo alcanzado ayer por el Eurogrupo para movilizar medio billón de euros en préstamos frente a la crisis del coronavirus es "todavía insuficiente", a lo que añadió que Italia seguirá peleando para lograr la emisión de deuda comunitaria.

570 nuevas muertes en un día

Italia ha registrado este viernes 570 nuevas defunciones por el coronavirus, lo que supone un ligero descenso tras el repunte registrado ayer, jueves, con 610 muertes contabilizadas en 24 horas. El número de nuevos casos también ha descendido ligeramente: 1.396 nuevos contagios frente a los 1.615 del jueves.

Cifras que apuntan a un aplanamiento de la curva en el país transalpino, donde la transmisión del virus ya no se está acelerando, aunque las muertes y contagios no han caído aún de forma abrupta. Desde el comienzo de la crisis sanitaria, Italia ha registrado un total de 18,849 fallecidos, la cifra más alta en todo el mundo.

El número de casos confirmados allí es de 147,577, el tercero mayor del planeta, solo por detrás de Estados Unidos y España. No obstante, este viernes, las UCI italianas albergaban a un total de 3,497 pacientes con coronavirus, un número que cae así por séptimo día consecutivo. Ayer, jueves, eran 3,605.

Desde que comenzó el brote en Italia, 30,455 personas se han recuperado del coronavirus, que ha obligado a celebrar la Semana Santa a puerta cerrada en el Vaticano, por primera vez desde la II Guerra Mundial.