Trump sigue ganándose a pulso el título del mayor enemigo del medio ambiente. La firma de un nuevo decreto deja en la mínima expresión dos monumentos naturales de Utah. El primero, protegido por Obama, verá reducida su extensión en un 85%. El segundo, protegido por Bill Clinton en 1996, quedará partido en tres y reducido en un 46%. Y sí, resulta que tiene yacimientos de carbón: vía libre para la explotación.

Estos dos paraísos dejarán de estar protegidos frente a la minería, perforación, construcciones… en lenguaje de Trump, como la protección venía desde Washington, lo que está haciendo es devolver la tierra a los suyos. "He venido a Utah a adoptar una acción histórica para revertir la extralimitación del Gobierno federal y restaurar los derechos de esta tierra a vuestros ciudadanos", señala Trump.

Pero ya tiene presentada la primera denuncia por parte de grupos ecologistas y sobre la mesa están preparando otra los nativos de hasta cinco tribus afectadas que le acusan de pensar sólo en dólares.