El nuevo decreto antiinmigración de Giorgia Meloni, en Italia, endurece las normas vigentes en el país, empeora las condiciones de los espacios de acogida y atenta singularmente contra los derechos de los más pequeños.

A partir de ahora, los niños y jóvenes serán sometidos a controles y radiografías para comprobar su edad, y en caso de duda se les considerará menores.

Además, si mienten sobre su edad, van a ser expulsados de Italia de forma inmediata.

Por si fuera poco, los niños y niñas de 16 años podrán estar en instalaciones destinadas para adultos un máximo de tres meses.

Esta medida, explica a laSexta Catalina Perazzi, portavoz de 'Save the Children', les niega a los niños y niñas un acceso a la protección que los estados tienen la responsabilidad de ofrecerles. "Atenta gravemente contra los derechos de los niños y las niñas reconocidos en la Convención de Naciones Unidas", asegura la experta.

La nueva ley contempla además la posibilidad, si lo consideran necesario, de que los centros de recepción alberguen el doble de personas de su capacidad. Esto puede dar lugar a condiciones de hacinamiento y riesgo de enfermedades e incluso de inseguridad y de otro tipo de violencias.

Para la primera ministra italiana, este decreto "sobre inmigración y seguridad" permitirá "acelerar las expulsiones de inmigrantes ilegales peligrosos", según ha detallado en un mensaje en la red social X.

Y es que el de la ultraderechista italiana es un plan que ignora por completo las condiciones dignas de acogida y que se ceba con los más vulnerables.