La izquierda francesa se ha manifestado este domingo en la plaza de la Nación de París contra la carestía de la vida y el cambio climático, una protesta que representa un nuevo órdago al Gobierno de Emmanuel Macron, quien lidia con una huelga de refinerías que ha desabastecido a buena parte del país. Esta protesta, apoyada por los principales partidos de izquierda menos los comunistas, es preludio de la movilización nacional convocada por los sindicatos para el próximo martes 18. Ese día, podrían resultar paralizados sectores claves del país, como el de los Transportes o la Educación.

Al frente de la marcha, puño en alto, Jean-Luc Mélenchon, líder de la agrupación 'Francia Insumisa', lanza un mensaje a los miles de manifestantes que se agolpan en en las calles de París en protesta por el encarecimiento de la vida digna: "Otra vida es posible. Otro mundo es posible, libre del saqueo de la productividad capitalista". Un grito contra lo que llama "la vida cara", pero también contra la inacción climática.

En definitiva, un grito contra el Gobierno de Emmanuel Macron, que entra de lleno en una nueva crisis auspiciada por el deterioro del estado de bienestar en el país francés a razón de los efectos que han provocado primero la pandemia de COVID-19 y segundo la guerra en Ucrania, así como la crisis de suministros. Hasta 140.000 personas, según han cifrado los organizadores, y 30.000 según la Policía, han denunciado la vida cara que provoca la subida de precios.

Una protesta impulsada por los principales partidos de izquierda, que han aprovechado una coyuntura de caos por las huelgas en las refinerías. "En esta huelga, los partidos de la izquierda intentan agregarse a ella para crear un tono social caliente. Cada día, casi un 30% de las estaciones de Gasolina están con dificultades de abastecimiento", ha explicado Antoine de Laporte, analista político.

Es precisamente eso lo que está provocando que la crispación entre los conductores no deje de crecer. Los enfrentamientos y las agresiones en las gasolineras se han disparado en los últimos días y la paciencia se agota. Los sindicatos, además, van más allá: ya han convocado paros para el martes y quieren extender la huelga salarial a otros sectores clave. "Quieren una huelga más larga que ponga en jaque al Gobierno", cree De Laporte.

"Desde este fin de semana se han iniciado huelgas en algunas centrales nucleares, con esta huelga hay un riesgo de abastecimiento con el suministro eléctrico", ha apuntado el analista. Por ahora, el presidente Macron se escuda en la promesa de que habrá una solución pronto para la huelga de las refinerías: "Se normalizará la próxima semana". Mientras, sobre él planea una moción de censura de la oposición si no cuenta con esa solución para aprobar los Presupuestos de 2023.

Francia prolongará el descuento hasta noviembre

Precisamente, la primera ministra de Francia, Elisabeth Borne, ha anunciado que se prolongará dos semanas más, hasta mediados de noviembre, el descuento de 30 céntimos por litro financiado por el Estado sobre todos los carburantes y ha lamentado que "una minoría de asalariados bloqueen un país" por su huelga en las refinerías. "Vamos a prolongar el descuento de 30 céntimos hasta mediados de noviembre", ha señalado en una entrevista al canal TF1 Borne.

Este descuento se une al de 20 céntimos por litro practicado por TotalEnergies, también hasta mediados de noviembre. "Esta tarde hablé con su CEO y me lo confirmó", ha aseverado la primera ministra. Acerca de la huelga en las refinarías que se extiende desde el 27 de septiembre y que ha dejado sin abastecimiento a un buen número de gasolineras en Francia, Borne reconoció que este fin de semana "ha habido un ligero empeoramiento".

La primera ministra ha aclarado que el Gobierno "asume sus responsabilidades" y ha adelantado, sin cuantificar, que se ha movilizado "una importante parte de las reservas estratégicas" del país para abastecer a las gasolineras. Asimismo, abrió la puerta a accionar el decreto que obliga a ciertos empleados en huelga a volver al trabajo, como ha sucedido en dos refinerías esta semana y lo que ha indignado a los sindicatos.