Nueva York ha comenzado a aplicar una serie de restricciones a los alquileres a corto plazo. Una medida que la plataforma de alojamientos turísticos Airbnb considera una prohibición "de facto" a su actividad.

La nueva normativa obliga a todos los anfitriones a registrarse ante las autoridades locales, ya que Nueva York prohíbe el alquiler de apartamentos enteros durante menos de 30 días cuando no estén presentes los dueños, pero este tipo de negocios muchas veces no lo respetan.

"La ciudad envía un mensaje claro a los millones de visitantes en potencia que ahora tendrán menos opciones para alojarse en Nueva York: no son bienvenidos", ha indicado en una declaración compartida con EFE el director de política global de Airbnb, Theo Yedinsky.

Una portavoz de Airbnb ha explicado que las normativas de Nueva York son una anomalía incluso entre las ciudades que han decidido regular los apartamentos turísticos, como Los Ángeles o San Francisco, que sí permiten a los anfitriones ofrecer su piso sin estar ellos presentes.

También ha asegurado que Airbnb lleva años tratando de trabajar con las autoridades para hacer frente al problema de los apartamentos ilegales, pero la ciudad ha decidido aprobar "nuevas normas que crean una prohibición 'de facto' de los alquileres a corto plazo".

La portavoz ha puesto en duda que las medidas puedan contribuir a reducir el precio de los alquileres en la Gran Manzana, que sufre una crisis de vivienda. También ha recordado que ninguna ciudad supone más de un 1,5 % de los ingresos de Airbnb, ni siquiera Nueva York, donde se ofertan más de 40.000 apartamentos para turismo.

Por su parte, el Director global de políticas públicas de Airbnb, Theo Yedinsky, ha asegurado que el objetivo de la empresa "ha sido siempre trabajar con la ciudad de Nueva York para crear una normativa justa sobre el uso compartido de viviendas".

"Según estas regulaciones, los neoyorquinos no pueden compartir sus casas cuando están fuera por trabajo o de viaje. Se les prohíbe tener cerraduras internas en las puertas de los dormitorios", ha argumentado.

Asimismo, la empresa ha sostenido que los neoyorquinos "tienen que certificar que entienden numerosos códigos municipales, largos y complicados".

La Justicia apoyó la normativa de Nueva York

En junio, Airbnb demandó a la ciudad y consiguió que la entrada en vigor de las restricciones se retrasara unos meses, pues estaba previsto que la normativa se comenzara a aplicar el 1 de julio.

Sin embargo, una jueza desestimó la demanda el mes pasado, considerando que es "racional" que las autoridades quieran controlar la legalidad de los apartamentos que se ofrecen.

En un mensaje en su página web, la plataforma lamenta que su demanda fuera desestimada, y recuerda a sus anfitriones que a partir de hoy tienen dos opciones: registrarse con las autoridades o aumentar el tiempo que ofrecen sus alojamientos a más de 30 días.

Sin embargo, Airbnb no va a cancelar las reservas ya realizadas que comiencen antes del 1 de diciembre. Las que comiencen a partir del 2 de diciembre y no cumplan con la normativa serán canceladas y se devolverá el dinero a los huéspedes.

Según The New York Times, la ciudad estima que unos 10.000 apartamentos de Airbnb en 2022 eran fraudulentos.

Como en otras ciudades del mundo sometidas a la presión turística, las autoridades de Nueva York consideran que esta proliferación de apartamentos turísticos contribuye a que suban los precios de los alquileres para los residentes permanentes y agrava la crisis de vivienda que sufre la ciudad.

A pesar de la noticia, las acciones de Airbnb en la bolsa de Nueva York subían un 7% media hora después del comienzo de las operaciones.