La guerra en Ucrania nos sigue dejando imágenes terribles que nos hacen darnos cuenta de la crudeza de una guerra. Una de las más duras fue la de Yana Stepanenko, una niña de 11 años que perdió las dos piernas después de un bombardeo ruso en Kramatorsk.

Ocurrió en la estación de tren, un ataque en el que murieron medio centenar de civiles y decenas de personas resultaron heridas. La madre de Yana también perdió las dos piernas y su abuela falleció por una de las bombas.

Su historia dio la vuelta al mundo cuando intentaban marcharse del Donbás en plena ofensiva rusa. La bomba explotó mientras hacían cola para comprar té caliente. La madre ha pasado 20 días en la UCI en un hospital de Leópolis.

Después de pasar varios meses en silla de ruedas, madre e hija viajaron a finales de junio a Estados Unidos para recibir las protesis en las piernas. Ahora, Yana y su hermano cuentan los días para ir a la escuela en San Diego en el comienzo de una nueva vida sin la amenaza constante de las bombas.