No hace mucho que el volcán Etna cubría de ceniza las calles de Catania y el resto de ciudades próximas, tras una impresionante erupción registrada el pasado mes de agosto. Poco antes, en mayo, el volcán suspendía el tráfico en el aeropuerto por motivos de seguridad. Ahora, el volcán más activo de Europa ha vuelto a rugir: entró en erupción el domingo, cuando cuando surgieron fuentes de lava y una densa nube de cenizas en el lado sureste, aunque la situación ha vuelto a la normalidad en las últimas horas y se ha rebajado la alerta en la zona afectada de la isla de Sicilia (sur de Italia).
La nueva erupción por el cráter del sudeste, con la reanudación de la actividad estromboliana, primero, y con fuentes de lava y emisión de cenizas después, hizo emerger una columna eruptiva de unos 4. 500 metros de altura sobre el nivel del mar, según el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV). Todo ello provocó la caída de cenizas de lava entre los pueblos de Zafferana y Milo, aunque sin afectar a la operatividad del aeropuerto internacional de Catania.
"Aunque se muestra un nuevo aumento de amplitud, los eventos de temblor volcánico e infrasónicos no muestran cambios significativos", indicó el INGV, al revelar que la energía presente en los conductos magmáticos internos del edificio volcánico, han vuelto a la normalidad. Sólo quedan dos coladas presentes en la zona superior del Etna, débilmente alimentadas, mientras que han desaparecido las cenizas de lava y material piroclástico que cayeron ayer en algunos pueblos y llegaron a la costa del mar Jónico.
El INGV sigue de cerca la situación y ha bajado la alerta emitiendo un boletín que ha cambiado de rojo a naranja, aunque la nueva fase de erupción del Etna no ha afectado al aeródromo de Catania. La erupción de agosto sí obligó a cerrar el aeropuerto durante 24 horas, debido a las fluctuaciones en los valores de la amplitud media del temblor volcánico y Protección Civil pidió a las autoridades que se prohibiese el acceso a las zonas afectadas.
Según el INGV, estos episodios eruptivos son un fenómeno típico de la reciente actividad del Etna y suelen cubrir de ceniza las ciudades sicilianas a su alrededor. Desde 1977 hasta la actualidad se han producido cientos de episodios similares al actual, incluida la secuencia excepcional de 66 temblores entre enero y agosto de 2000 y unos 50 entre 2011 y 2013.