Los señores de la guerra buscan a niños, menores vulnerables y eficaces para cometer atrocidades. "No ven el peligro", afirma Chema Caballero, asesor de una ONG en África y escritor.

Muchos son como Jean. Vive en República Democrática de Congo y nos cuenta cómo una mañana, como tantas otras, fue al río a jugar con sus amigos y terminó el día jugando a un juego mucho más real y peligroso. "Nos llevaron al bosque, nos golpearon, nos enseñaron a matar, a fumar cannabis y a secuestrar a gente", relata.

Así de fácil se crea una nueva maquina preparada para matar. Como él, hay más. El uso de menores soldado en los conflictos no es nuevo, pero hay algo que falla. El último informe de 'Save The Children' es rotundo: ahora mismo, 330 millones de niños y niñas corren el riesgo de ser reclutados por grupos armados, tres veces más que en 1990.

Ni una pandemia mundial ha conseguido detener las guerras, que incluso han aumentado. El COVID ha hecho a los menores aun más indefensos. Afortunadamente, Jean tuvo suerte y logró dejar atrás la espiral de violencia. Ahora le queda recuperar su mirada.