En la undécima jornada de protestas en Estados Unidos, sigue la tensión en todo el país. En Seattle, se ha cortado el paso a una ambulancia; en Nueva York, los manifestantes desafían el toque de queda. Muchos afirman: "No odio a los policías. Odio a los abusadores, a los opresores".

En este último día no se ha visto la violencia producida en las noches anteriores. Pero sí se ha lanzado un mensaje claro: Black Lives Matter. Siguen pidiendo justicia por la muerte de George Floyd y que acabe la brutalidad policial.

También se han visto visto homenajes de distinto tipo en todo Estados Unidos. Los surferos se han reunido en la playa de Santa Mónica "para honrar su memoria y crear cambio en la comunidad", o artistas que, al ritmo de una performance, denuncian la violencia contra los negros en Los Ángeles.

Marchas a las que, en algunos casos, también se une la propia Policía. En total, hay desplegados más de 16.000 agentes, incluyendo a efectivos de la Guardia Nacional y reservistas del Ejército. Precisamente, en Washington se han encontrado con una valla de tres metros que protege la Casa Blanca. Contrasta con la enorme pintada de 'Black Lives Matter' que se ha llevado a cabo en la calzada.

Esta tarde se espera en la capital una de las mayores manifestaciones contra la brutalidad policial. Por su parte, algunos agentes también han protestado por la suspensión de dos de sus compañeros. A ello ha respondido el alcalde de Buffalo, Byron Brown: "No quiero que los despidan. Quiero una investigación".

Españoles en Estados Unidos

Si el coronavirus no fuera una amenaza, Claudia Sánchez, española residente en Estados Unidos, sería una de las miles de personas que estaría en estas movilizaciones pacíficas: "Muchos están saliendo a la calle y se están jugando la vida, porque podrían contraer Covid".

La mujer, de origen extremeño, dice este movimiento le está abriendo los ojos a muchos de sus amigos: "A una persona que está herida no hay que decirle cómo tiene que protestar, hay que escuchar lo que pide". Porque los españoles también ven, oyen y sienten la tensión que se vive en el país actualmente.

Desde la casa de Ana Granados, una granadina que vive en EEUU desde hace 14 años, suenan continuamente los helicópteros que sobrevuelan la ciudad vigilando las protestas. Le gustaría manifestarse pacíficamente, pero el toque de queda no cesa: "Hay muchos voluntarios que están repartiendo gel sanitario y mascarillas".

"No hay manera de quedarse sentados viendo estas imágenes"

Porque el movimiento de Black Lives Matter es tan internacional como transversal. Así lo afirma Asia Parks, miembro de la organización: "Todo el mundo, incluido España, si ven las imágenes no hay manera de que se queden sentados". Black Lives Matter ha contado a laSexta Noticias que rechaza la violencia, y ha apuntado que es la furia acumulada de muchos años, y que la muerte de George Floyd ha decantado en estos levantamientos.

"Estamos viendo que el cambio viene de la gente enojada que sale a las calles", ha expresado Asia Parks. Esto es, para personas como Wendy Mulas, española residente en Dallas, Texas, desde hace ocho años, un antes y un después: "Hay mucha gente que está manteniendo conversaciones que no había tenido antes".

David Velasco, oriundo de Ponferrada y también residente en EEUU, lo vive como algo histórico: dice que tiene muchos amigos por los que luchar: "No es normal que en mitad del siglo XXI sigamos con estos problemas". Son, al fin y al cabo, movilizaciones que parecen haber abierto un camino hasta tanto se logre ese cambio real en todo el mundo.