Todo ha comenzado en el famoso puente de Westminster, con un atropello que recuerda a otros atentados recientes en Europa. Una zona turística cuya tranquilidad acaba con un coche que avanza desde el lado sur.

Con paso firme, el vehículo empieza a hacer zig-zag. Entra y sale de la acera arrasando con todo lo que se encuentra a su paso. Hasta 12 personas son atropelladas; alguna, incluso, se se tira al río. Una imagen que a todos nos ha hecho retroceder, aunque con algunas diferencias.

En Berlín, 12 personas murieron y 48 resultaron heridas. En esta ocasión, una multitud absorta en pleno mercadillo navideño fue atacada a traición por un camión que les embistió sin piedad. Alemania no ha sido la única víctima.

Francia también ha sufrido el mazazo terrorista. Todavía en estado de excepción, los franceses recuerden el fatídico 14 de julio, cuando un camión atropellaba a la multitud que estaba viendo los fuegos artificiales. En total, 84 personas muertas y medio centenar de heridos.

El presidente francés François Hollande ha querido mostrar su solidaridad con las víctimas de Londres y ha pedido una Europa unida.