China es conocido por ser ese país donde siempre van un paso por delante y para asegurarse que siga siendo así el país inculca su disciplina a los más pequeños, que ya crecen sabiendo lo que es la presión de convertirse en el mejor.
Con seis años lo normal es que los niños acudan a clases extraescolares como un mero hobby para divertirse. Muchas veces es en esa edad cuando se descubre el talento de los niños y algunos pueden ver, por ejemplo, que su hijo será un gran futbolista el día de mañana.
Sin embargo, los expertos recuerdan a los padres que no es bueno presionar a los niños a esa edad y que no se debe inculcar al niño un excesivo espíritu competitivo. En China piensan muy diferente. Los niños entrenan duramente desde muy pequeños para convertirse en los futuros campeones de los Juegos Olímpicos.
Aunque cada vez son menos, existen escuelas especializadas en las que los menores ingresan para someterse a un estricto y duro entrenamiento, que incluso provoca las lágrimas de los pequeños que se ven superados por la presión y el estrés de las exigencias de sus entrenadores.
Recientemente se han difundido por la red unas imágenes que reflejan esta dura realidad y en la que se pueden ver las lágrimas del sufrimiento de unos niños obligados a convertirse en los mejores deportistas del mundo.