Rafael y Pilar son los protagonistas de una historia de solidaridad que ha conmovido a toda Argentina.

La historia comienza en el momento en que Pilar, la pequeña profesora de 11 años, se entera que su vecino Rafael, de 59 años, era discriminado por no saber leer y le ofrece su ayuda.

Todos los días, Pilar sale de su escuela, almuerza y en vez de utilizar sus ratos libres para jugar, aprovecha para dar clases a Rafael. Suele prepararlas un día antes junto a una amiga.

Ambos están a gusto con este sistema. Rafael dice que su maestra le "enseña bien", y Pilar dice que él "es un buen alumno". Rafael ha empezado a escribir y a leer solo.