Gaza vuelve a temblar bajo las bombas. Momentos después de la explosión, muchos corren hacia el lugar del bombardeo para buscar entre los escombros. Aquí estaban sus tiendas, lo han perdido todo. "Hemos perdido todos los productos que teníamos dentro, ¿quién nos compensará por ello?", exclama un ciudadano.

Isreal ha lanzado más de 200 ataques en lo que llevamos de fin de semana. Entre los dieciséis muertos en esta nueva escalada de violencia han fallecido un bebé de 14 meses y dos mujeres embarazadas.

Benjamín Netanyahu, el primer ministro israelí, anuncia más bombardeos: "He ordenado a las fuerzas armadas que continúen lanzando ataques masivos sobre objetivos terroristas en Gaza". Es su respuesta al lanzamiento de más de 400 cohetes contra Isreal por parte de milicianos de Hamás.

Algunos han sido interceptados por su escudo antimisiles, pero uno ha caído en esta vivienda en Ashkelon matando a un hombre de 58 años. Es la primera víctima civil israelí por un ataque con cohetes desde la guerra de 2014.

"El Ejército israelí hace responsable a Hamás de cualquier acto de violencia contra civiles israelíes. Estamos preparados para tomar represalias contra Hamás y preparados para distintas contingencias", explica un militar israelí.

Todo empezó hace dos días, durante las protestas de los viernes contra el bloqueo a Gaza. Un francotirador de la Yihad Islámica disparaba y dejaba heridos a dos soldados israelíes en la frontera.

Israel respondía con un ataque aéreo en el que mató a dos milicianos. Hamás comenzaba entonces sus lanzamientos de cohetes y Tel Aviv intensificaba los bombardeos.