El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha reconocido este martes que tiene diferencias con su principal aliado, Estados Unidos, sobre lo que pasará en la Franja de Gaza una vez concluida la guerra con el grupo islamista Hamás. Sin embargo, ha insistido en su posición de que no dejará en manos de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), tal como propone EEUU: "Gaza no será ni Hamastán ni Fatahstán". Horas después de estas declaraciones, el presidente Joe Biden ha afirmado que Israel está "empezando a perder el apoyo" de la comunidad internacional por su bombardeo indiscriminado en la Franja de Gaza.

No solo eso, sino que el mandatario estadounidense ha recomendado Netanyahu un cambio de gobierno para tratar de cambiar la tendencia y ponerle fin a las crecientes críticas internacionales a la campaña israelí contra Hamás en la Franja de Gaza. Biden ha reconocido que Netanyahu debe tomar una "decisión difícil" y darle un cambio de rumbo a su Ejecutivo. "El gobierno más conservador en la historia de Israel" y que "no quiere una solución de dos Estados", recoge la cadena CNN.

Así, ante la creciente pérdida de apoyo internacional en su ofensiva contra Hamás, Biden ha recomendado al primer ministro israelí "fortalecer y cambiar" el Gobierno en aras de encontrar una solución a largo plazo al conflicto palestino. "Sí, hay desacuerdo sobre el día después de Hamás", ha dicho Netanyahu, según un comunicado difundido por su oficina. Estados Unidos, principal socio de Israel, ha propuesto que la ANP, que gobierna partes reducidas de Cisjordania ocupada, tome el control en la Franja de Gaza después de la guerra, pero Netanyahu ha rechazado vehementemente esta propuesta en varias ocasiones. "Después del gran sacrificio de nuestros civiles y nuestros soldados, no permitiré la entrada a Gaza de quienes educan para el terrorismo, apoyan el terrorismo y financian el terrorismo", ha indicado Netanyahu.

La ANP, encabezada por el presidente palestino, Mahmud Abás, perdió el control de Gaza en 2007 -cuando Hamás tomó el poder por la fuerza- y sostiene acuerdos de cooperación con Israel de acuerdo con los Acuerdos de Oslo (1993-1995). "No permitiré que Israel repita el error de Oslo", ha recalcado este martes Netanyahu, cuyo gobierno de derecha y extrema derecha ha impulsado políticas de ocupación y colonización en Cisjordania ocupada.

La ANP, dispuesta

Abás dijo recientemente estar dispuesto a asumir el poder de la Franja, pero la ANP pide que para ello se inicie un proceso de paz con Israel que contemple la creación de un Estado palestino con capital en Jerusalén Este, y Cisjordania y Gaza como territorios integrantes, algo muy lejos de la realidad actual. "Gaza no será ni Hamastán ni Fatahstán", ha manifestado Netanyahu, en referencia al grupo islamista Hamás y al partido Fatah, que encabeza Abás.

La guerra estalló el 7 de octubre tras un ataque de Hamás contra territorio de Israel que incluyó el lanzamiento de miles de cohetes y la infiltración de unos 3.000 milicianos que masacraron a unas 1.200 personas y secuestraron a otras 250 en las poblaciones israelíes cercanas a la Franja. Desde entonces, Israel ataca con fuerza por aire, tierra y mar el enclave palestino, donde ya suman más de 18.200 los muertos, unos 50.000 heridos y 1,8 millones de desplazados, en medio de una grave crisis humanitaria.

Ante una cada vez mayor presión internacional por el cese de los combates, Estados Unidos vetó la semana pasada una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que instaba a un alto el fuego, la liberación de todos los rehenes y el despliegue de ayuda humanitaria en Gaza.

"Tras un intenso diálogo con el presidente (de Estados Unidos, Joe) Biden y su equipo, recibimos pleno respaldo para la incursión terrestre (en Gaza) y el bloqueo de la presión internacional para detener la guerra", ha asegurado Netanyahu este martes. "Aprecio mucho el apoyo estadounidense", ha recalcado, luego de que Estados Unidos aprobó recientemente el envío urgente de unos 14.000 proyectiles de artillería a Israel.