El primer ministro nepalí, Sushil Koirala, anunció que construirán casas a prueba de seísmos y se creará un Ministerio de Desastres para hacer frente a este tipo de crisis.

"Trabajemos juntos en vez de criticar al Gobierno", dijo Koirala, que pidió a la oposición y a otros sectores de la sociedad que hagan frente a los retos que afronta el país "con valentía" y dejen a un lado las "visiones pesimistas".

El primer ministro nepalí respondía así a las continuas críticas dirigidas a su Gobierno por la respuesta lenta y poco eficaz al seísmo.

Según los últimos datos oficiales, el terremoto causó al menos 7.557 muertos, 14.404 heridos y 2,8 millones de desplazados internos, así como la destrucción de unas 200.000 edificaciones, mientras que otras 190.000 resultaron dañadas.