Cientos de neofascistas franceses, muchos con la cara cubierta, se manifestaron este sábado en París para conmemorar la muerte de un militante ultraderechista hace 30 años en un enfrentamiento con la Policía. Durante la manifestación, se escucharon gritos de los jóvenes, en una demostración de fuerza de la ultraderecha de Francia.
La protesta tuvo lugar en un momento en el que la ultraderecha avanza en toda Europa y, especialmente, en Alemania. Allí, los actos políticos vinculados a grupos radicales se han disparado, dando lugar a actos violentos de intimidación e, incluso, ataques físicos contra candidatos y cargos electos que se producen a diario.
"Cuando se deshumaniza a un líder político, cuando se deshumaniza una persona, el ataque físico violento es una estrategia más que se considera legítima por parte de algunos de estos grupos", afirma al respecto Steven Forti, profesor de Historia Contemporánea en la UAB y autor de 'Extrema derecha 2.0'.
Sin embargo, Franco Delle Donne, Doctor en Comunicación por la FU Berlin y director del podcast 'Epidemia Ultra', subraya que que esto "no solo ocurre en Alemania, sino que también podemos ver en otros países, y tiene que ver con esta necesidad de polarizar, de llevar la política a una discusión en la cual no hay una competencia, sino que hay una lucha contra un enemigo".
Solo en la última semana, tres políticos han sido agredidos en Alemania, y en 2023 hubo casi 3.000 ataques verbales o físicos contra ellos. Detrás de los datos, está el auge de los partidos extremistas. A las puertas de las elecciones europeas no parece que la violencia de sus seguidores más radicalizados les vaya a pasar factura: "Si hay un efecto, puede ser más de largo plazo, ya que las personas que decidieron votar estos partidos a esta altura no creo que retrocedan por este tipo de de acciones", expresa al respecto Franco Delle Donne.