Un hombre negacionista de las inyecciones para frenar el COVID-19 prendió fuego este fin de semana a un punto de vacunación móvil en la ciudad de Zamosc, en el sur de Polonia, un acto tildado de "terrorista" por el Gobierno polaco, que se enfrenta a una lenta campaña de inmunización por las dudas entre la población.

"Fue un acto terrorista, dirigido no solo contra los empleados del centro de vacunación y la gente que se vacuna, sino también contra el estado", ha declarado el ministro de Salud, Adam Niedzielski.

El fuego fue notificado por las autoridades locales y la investigación cree que se trata de un miembro de grupos negacionistas. En las imágenes se ve cómo el hombre enciende un fuego y la deflagración consume la unidad móvil.

Este es solo el último incidente protagonizado por antivacunas: a finales del mes pasado, varios negacionistas entraron en un centro de vacunación cerca de Varsovia. Otros grupos se han dedicado a acosar a los enfermeros que inoculan los sueros contra el COVID-19.

Las zonas más resistentes a la vacunación son, precisamente, las más acérrimas del gobernante Ley y Justicia (PiS). La formación de ultraderecha se enfrenta ahora a convencer a sus votantes a vacunarse para evitar una nueva ronda de confinamientos en el país.