El secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió este pasado lunes de que el mundo está "a un sólo malentendido o un error de cálculo de la aniquilación nuclear", por lo que demandó a las potencias atómicas acuerdos para reducir esta grave amenaza.
"La humanidad corre el peligro de olvidar las lecciones forjadas en las aterradoras llamas de Hiroshima y Nagasaki", señaló Guterres al abrir una conferencia de revisión del Tratado de No Proliferación nuclear (TNP).
El jefe de Naciones Unidas lamentó que en un momento de fuertes tensiones geopolíticas y desconfianza, los países estén alejándose del desarme y, en su lugar, busquen "una falsa sensación de seguridad" gastando "cientos de miles de millones de dólares en armas del fin del mundo que no tienen cabida en nuestro planeta".
Guterres recordó que actualmente hay casi 13.000 armas nucleares almacenadas y recalcó el riesgo que eso plantea antecrisis como las que se viven en Ucrania, en Oriente Medio o en la península de Corea. "Hemos tenido una suerte extraordinaria hasta ahora, pero la suerte no es una estrategia. Tampoco es un escudo contra las tensiones geopolíticas que desembocan en un conflicto nuclear", insistió.
Según Guterres, la conferencia de revisión del TNP que arrancó el mismo lunes es una oportunidad para acordar medidas que ayuden a evitar un desastre y para encaminar al mundo hacia un futuro libre de armas nucleares.
Entre otras cosas, el diplomático portugués animó a los Gobiernos participantes a reafirmar la norma contra el uso de armamento atómico con medidas prácticas para reducir el peligro de un conflicto nuclear, pero también a avanzar en la reducción de arsenales con vistas a una eliminación total.
La conferencia de revisión del TNP, que tradicionalmente se celebra cada cinco años, se abrió este lunes en Nueva York con dos años de retraso por la pandemia de la covid-19 y marcada por las fuertes tensiones entre los países con armas atómicas.
El tratado, al que se han sumado casi todos los países del mundo, tiene como fin frenar la expansión de las armas atómicas y compromete a las cinco potencias nucleares oficiales (EE. UU., Rusia, Francia, China y el Reino Unido) con políticas de desarme.