Protestas contra el juicio político a Dilma Rousseff bloquean las carreteras de las principales ciudades de Brasil. El proceso contra la presidenta brasileña se pone de nuevo en marcha tras una interrupción que apenas ha durado horas.
El nuevo presidente del Congreso pretendía detenerlo pero, al ver el desafío del Senado y de su propio partido, finalmente se ha echado atrás. Por tanto, Dilma Rousseff continúa en la cuerda floja y podría acabar destituida.