Las mujeres iraníes, obligadas por el Gobierno del país cubrir su cabello con un velo, están protagonizando diversos actos 'rebeldes' que no han tardado en viralizarse en diversas partes del mundo. Un año después de la llegada al poder del actual presidente, el régimen iraní ha aumentado su presión sobre las mujeres y ya comienzan a hacerse públicas las primeras reivindicaciones.

La cara de Sepideh se viralizó tras sr grabada protestando en un autobús de Teherán sin velo. Una pasajera la increpaba y, pese a la oposición de otras pasajeras, logró grabar a la joven. Con ese vídeo, la policía la identificó y la detuvo.

Días después, el gobierno iraní la obligó a pedir disculpas en la televisión estatal. Entonces sí apareció con velo y, según denuncian organizaciones de derechos humanos, con signos de haber sufrido torturas. Como ella, al menos, otras tres mujeres en las últimas semanas han sido forzadas a confesar en televisión por negarse a llevar el hiyab por la calle.

Natàlia Queralt, periodista y analista de 'El Orden mundial' asegura que "el gobierno de Irán quiere dar ejemplo y quiere disuadir a las mujeres iraníes de participar en esta lucha porque lo considera una amenaza de seguridad nacional y una amenaza contra la identidad chií antioccidental y ultraconservadora del Estado".

En su primer año de mandato, el presidente de Irán ha endurecido las normas de vestimenta de las mujeres, declarando el 12 de julio como el Día Nacional del Hiyab y la Castidad. Hechos que han provocado un movimiento rebelde por parte de algunas mujeres, que ya se han grabado a sí mismas quitándose el velo en público.

Yolanda Vega, portavoz para Irán de 'Amnistía Internacional España', ha asegurado que "las autoridades iraníes pretenden silenciar a las mujeres, pero en realidad se están encontrando una campaña, un movimiento muy valiente, muy potente, de activistas que están dispuestas a llegar a situaciones que ponen en riesgo su seguridad".

Solo en la capital, hay al menos 7.000 agentes encubiertos que vigilan el cumplimiento de estas normas. En diversos vídeos se puede observar cómo detienen a una menor de forma violenta por llevar, presuntamente, un velo inapropiado o cómo lanzaban a una mujer desde un furgón policial por resistirse a ponérselo.

La presión, según Queralt, no solo procede del Estado: "Las propias mujeres y los hombres de tendencia ultraconservadora graban y denuncian que vayan desveladas por las calles". No obstante, destaca, "ahora hay más mujeres dispuestas a acabar con esta injusticia".