Allí estaban miles de mujeres anónimas y también personalidades mundialmente conocidas. Celebridades como Madonna y su bienvenida a "la revolución del amor", el discurso de la esperanza de Scarlett Johanson o el rompedor estribillo de Alicia Keys dejaron claro que aquello no era una protesta más.

En llamas, pusieron límites a un presidente acusado de acoso por varias mujeres, capaz de decir barbaridades en privado, donde afirma sin tapujos: "Puedes agarrarlas por el coño. Puedes hacer lo que quieras".

 

Pero también en público, capaz de jactarse de irrumpir en los vestuarios de las jóvenes misses desnudas: "Ellas ahí, sin ropa, y no me dicen nada", decía el ahora presidente de EEUU.

El último en avivar esas llamas ha sido el hijo del nuevo consejero de seguridad nacional. Ante esta marcha histórica, se preguntaba: ¿qué más quieren las mujeres? ¿Manicura y pedicura gratis?

Comentarios misóginos que no hacen más que confirmar aún más que estas manifestaciones son y serán por muchos años necesarias.