Ha estado arropándolo en su dimisión en diferido y podría ser quien lo ha convencido para renunciar. La mujer de Johnson, Carrie Johnson, habría jugado un papel clave, según la 'BBC'.

En el citado medio, el diputado conservador Bernard Jenkin apunta a que ella lo habría persuadido para tomar esta decisión. Jenkin decidió llamarla y le recordó el papel que jugó el marido de Margaret Thatcher en su dimisión con su ya famosa frase:" Venga, cariño, se ha acabado".

La todavía Primera Dama ha estado muchas veces en boca de todos, sobre todo, de los detractores. Primero, por su papel en el 'Partygate', la celebración de cumpleaños de Boris Johnson en plena pandemia. La han acusado de organizar la fiesta por la que ella y su marido han pagado una multa de 100 libras.

También ha recibido un aluvión de críticas por la reforma del 10 de Downing Street, valorada entre 65.000 y 230.000 euros. Y por su enfrentamiento personal y público con Domminic Cummings, artífice del Brexit y pieza clave para desvelar el Partygate.

'The Mirror' asegura que hay una razón ajena a la política para que Boris se aferre al cargo: podercelebrar a finales de este mesen la residencia de campo del primer ministro la enorme fiesta de boda que la pandemia no les permitió.

Críticas feroces contra ella, salpicada por los errores de su marido, autosuficiente para meterse en líos y aún atrincherado a pesar de sus escándalos.