Sadeel Turkman, una adolescente palestina de 15 años, ha muerto por un disparo en la cabeza cuando estaba en su casa en Yenín, en el norte de la Cisjordania ocupada. Al parecer, todo sucedió por una bala perdida mientras estaba teniendo lugar un enfrentamiento en el que las tropas israelíes mataron a otros seis milicianos palestinos.
Según el Ministerio de Sanidad palestino, Turkman fue alcanzada por una bala que entró en su casa durante los choques. Sin embargo, oficial militar israelí ha declarado a la Radio del Ejército que ese escenario "era poco probable", aunque ha asegurado que investigarán lo sucedido.
Los combates el pasado lunes en Yenín se prolongaron durante más de nueve horas y fueron los más graves en la zona en años. Al menos 90 palestinos resultaron heridos, 18 de ellos de gravedad, y también ocho uniformados israelíes.
El Ejército israelí utilizó por primera vez desde 2005 helicópteros de combate en una jornada de duros combates en los que siete palestinos murieron a causa de los enfrentamientos, uno de ellos horas después cerca de Belén.
Con la muerte esta madrugada de Turkman, aumenta a 136 la cifra de palestinos muertos en lo que va de año en Cisjordania e Israel, muchos milicianos pero también civiles, incluyendo 23 menores, la mayoría en enfrentamientos armados con tropas israelíes, que han intensificado sus operaciones militares en la zona.
Con las incursiones militares han proliferado las acciones de nuevos grupos armados palestinos y los ataques de colonos a civiles palestinos como anoche que en la ciudad palestina de Hurawa, quemaron propiedades e incendiaron vehículos, lanzaron piedras e hirieron a 34 personas en venganza por el asesinato horas antes de cuatro ocupantes del asentamiento de Eli, al norte de Cisjordania.
Del lado israelí, han muerto en total 25 personas, la mayoría colonos y cinco de ellos menores, incluidos los cuatro colonos de ayer en el tiroteo perpetrado por dos miembros de Hamás, que también murieron abatidos.
Las víctimas israelíes han sido identificadas como Nachman Mordoff y Elisha Anteman, ambos de 17 años; Harel Masod, de 21, y Ofer Fayerman, de 64 años.
Esta madrugada también murieron dos jóvenes palestinos, Mohammed Hashah, de 17 años, y Alaa Hafnawi, de 18 años, mientras manipulaban explosivos en el campo de refugiados de Balata, en la ciudad de Nablus. La Yihad Islámica lamentó en un comunicado la muerte de ambos, que pertenecían a sus filas.