Linda Kasabian, una de las integrantes más importantes de la secta criminal conocida como La Familia Manson, falleció el pasado 21 de enero a los 73 años, según ha informado 'The New York Times',

Por su parte, el medio TMZ ha indicado que se desconocen las causas de su muerte, especificando que tuvo lugar en el hospital de Tacoma, en el estado de Washington, donde cambió su apellido a Chiochios para proteger su identidad tras pertenecer a dicha secta.

El testimonio de Kasabian fue clave en el juicio para mandar a Charles Manson, líder de la secta, y a varios miembros de su grupo a prisión. A cambio de su declaración, en la que describió con detalle todos los asesinatos que se llevaron a cabo por orden del líder en 1969, Linda recibió inmunidad judicial.

Una de las noches más trágicas en Hollywood

La noche del 8 al 9 de agosto de 1969 será una de las más recordadas de la historia de Hollywood. Ese día, Patricia Krenwinkel, Susan Atkins, Charles Watson y Linda Kasabian, todos integrantes de la secta de Charles Manson, asaltaron la mansión del cineasta Roman Polanski.

En la mansión de Beverly Hills ubicada en el 10050 de Cielo Drive, se encontraba la actriz Sharon Tate, esposa del cineasta que estaba embarazada de ocho meses y medio, junto a otras seis personas. Todos ellos fueron asesinados a sangre fría por este grupo. Unos hechos que ocurrieron mientras Polanski se encontraba en Europa rodando una película, según recoge TMZ.

Linda permaneció fuera de la casa alquilada en Los Ángeles mientas que los miembros de La Familia apuñalaban a todas las personas que había dentro de la mansión. La noche siguiente acompañó a Manson y otros miembros de la secta a la casa de Leno y Rosemary LaBianca, donde la pareja fue asesinada.

Unos trágicos sucesos que siguen siendo muy recordados en Hollywood y que provocaron que Linda, que no fue parte activa de las masacres cometidas por la secta, comenzase a dejar de idolatrar a su líder.

Todos vivían en una especie de comuna hippie en el rancho Spahn en el condado de Los Ángeles donde estaban enganchados al LSD y el sexo. A los 20 años, Linda decidió coger a su hija y huir de allí para ponerse a salvo, ya que no estaba de acuerdo con los asesinatos que se estaban llevando a cabo por mandato de Manson.

En 1970, Linda decidió testificar en el juicio contra el líder ofreciendo todo tipo de detalles sobre los crímenes, unas declaraciones que fueron claves para condenar a cadena perpetua a todos los integrantes del clan.