El Reino Unido se encuentra conmocionado tras la muerte de Branson Battersby, un bebé de dos años fallecido de hambre a brazos de su padre, que también había fallecido.
El niño había nacido en una familia en riesgo de exclusión, por lo que una trabajadora social le visitaba regularmente. Las alarmas saltaron cuando no pudo visitar con éxito en dos ocasiones a la familia, los días 2 y 4 de enero.
Llamó a las autoridades, pero ante la falta de respuesta, pidió una llave al casero de la casa para poder acceder. Al entrar, ya el 9 de enero, halló los cadáveres de padre e hijo. El padre, de 60 años, falleció de un infarto, y en sus brazos se quedó Branson Battersby, que se mantuvo pegado a su padre sin comer ni beber hasta también perecer.
La trabajadora social ha pedido la baja y la sociedad británica se pregunta porqué nadie actuó antes.