El lunes falleció, a sus 96 años, la argentina Delia Giovanola. Su labor como cofundadora de Abuelas de la Plaza de Mayo —o simplemente Abuelas— ayudó a encontrar cientos de hijos de aquellos que desaparecieron durante la dictadura militar en el país, que permaneció desde 1976 hasta 1983. De hecho, gracias a esta organización pudo encontrar a su propio nieto. Ahora, ha muerto la última Abuela de las 12 fundadoras.

En 1977 Giovanola ayudó a fundar Abuelas y en los años en los que lleva funcionando la organización ha logrado identificar a 130 nietos. Estiman que alrededor de 500 bebes fueron apropiados por represores y personas afines al gobierno para luego ser dado a matrimonios que incluso hacían “listas de espera” en estas maternidades clandestinas, así lo informa la organización. Las Abuelas, al no recibir ayuda del gobierno para la localización de sus familiares, realizaron investigaciones por su cuenta: visitas diarias a los juzgados de menores, orfanatos, oficinas públicas; analizando las adopciones de la época o dependiendo de las informaciones aportadas por terceros.

El propio nieto de Giovanola, Martín, tiene un nacimiento de esta índole: nació en Pozo de Banfield, un centro de detención en el que su madre dio a luz esposada en una cocina, con los ojos vendados y encima de una chapa. A los dos días, Martín fue despojado de su madre y vendido a un matrimonio. “Cada vez que veía un chiquito lo seguía con la vista pensando ‘¿será mi nieto?’. Era muy dura la búsqueda” dijo Giovanola durante un juicio por delitos de lesa humanidad sobre los casos de Pozo de Banfield, Pozo de Quilmes y Brigada de Lanús.

El reencuentro entre nieto y abuela ocurrió de forma espontánea. Fue el propio Martín quien se acercó a la fundación con curiosidad sobre su procedencia. Pudieron confirmar que había un 99,9% de compatibilidad con el ADN de sus familiares que se encontraba preservado en el Banco Nacional de Datos Genéticos.

“Llena de vitalidad y de entusiasmo hasta el último suspiro, graciosa, irónica, espontánea, de convicciones firmes, vecina ilustre de San Martín”, así describen a Delia en la organización que formó y lideró por 45 años. “El vacío que se siente es enorme. Se ha ido una mujer luchadora, militante de la memoria, la verdad, la justicia y la alegría”. Y se despiden de ella con un “¡Hasta siempre, querida Delia!”.