Una empleada de un parque safari del centro de Japón ha fallecido tras ser atacada por un oso negro mientras patrullaba en su vehículo por el recinto, informaron los medios nipones. El incidente tuvo lugar en el Safari Park de la prefectura de Gunma (al norte de Tokio), un parque de unos 360.000 metros cuadrados que alberga un millar de animales de un centenar de especies.
La policía recibió una llamada alertando sobre el ataque y al llegar al lugar de los hechos encontró a la empleada gravemente herida dentro de su vehículo. Tras trasladarla al hospital, se confirmó su fallecimiento. Una de las ventanas del coche en el que patrullaba la mujer se encontraba abierta, mientras que la rejilla protectora instalada en la misma para prevenir ataques de animales había sido desgarrada, declararon fuentes policiales a la cadena estatal NHK.
El oso, un ejemplar macho de 1,7 metros y 160 kilos, ha sido capturado tras el ataque, y las autoridades continúan investigando los detalles del incidente que terminó con la vida de la mujer. La fallecida, identificada como Kiyomi Saito y de 46 años, trabajaba desde hace dos décadas en el recinto y se caracterizaba por "su dedicación y su cautela", según dijo el director del parque, Shigehisa Kawakami.
El responsable de este parque, abierto en 1979, lamentó el incidente y afirmó que a raíz del mismo se van a revisar las medidas de seguridad "desde cero". Se trata del segundo accidente fatal acaecido en este parque safari ubicado en la localidad de Tomioka, después de que en 1997 una pareja falleciera al ser atacada por un tigre cuando habían abandonado su vehículo.