Manson estremeció a EEUU en agosto de 1969 con una sangrienta espiral de violencia en la que él y los seguidores de su secta, conocidos como 'la familia Manson', asesinaron a siete personas para provocar una guerra racial.

Entre los asesinados figuraba la actriz Sharon Tate, que estaba a punto de dar a luz a su primer hijo, fruto de su relación con el director Roman Polanski.

Los asesinos utilizaron la sangre de sus víctimas para escribir mensajes en las paredes, mientras seguían las instrucciones que creían escuchar en la canción 'Helter Skelter', obra de The Beatles.

Manson sumaba centenares de sanciones por mal comportamiento en la cárcel, donde también se grabó en el entrecejo un tatuaje en forma de una cruz gamada.

El asesino en serie murió en un hospital de la localidad de Bakersfield, explicó la hermana de la propia Tate tras recibir una llamada telefónica de oficiales de Corcoran State, la prisión donde permanecía encerrado Manson.

Manson fue sentenciado a morir en la cámara de gas en 1971. La pena capital fue conmutada a cadena perpetua después de que los tribunales declararan inconstitucional castigar con la muerte a los reclusos en el estado de California.