Último adiós
Monjas a la carrera y fieles sin poder ir ni al baño: las anécdotas y curiosidades del funeral del papa Francisco
¿Qué ha pasado? Con unas 200.000 personas para despedir al sumo pontífice, se han visto todo tipo de escenas con tal de estar en una abarrotada plaza de San Pedro.

Resumen IA supervisado
El funeral del Papa Francisco en Roma congregó a unas 200.000 personas, generando escenas memorables. La multitud abarrotó la plaza de San Pedro, y muchos fieles hicieron largas colas desde la madrugada para despedir a Bergoglio. A las 05:30 se abrieron las vallas, y los asistentes, en un estado de nerviosismo, ingresaron para el último adiós. A las 10:00, el féretro fue sacado de la basílica, enfrentando el calor de casi 20 grados. Líderes y asistentes buscaron alivio del calor con libros de oraciones y paraguas. Julian Assange también asistió, recordando el ofrecimiento de asilo del papa.
* Resumen supervisado por periodistas.
Cuando hay unas 200.000 personas en un mismo lugar y además para lo mismo siempre pasa algo. Siempre hay cosas. Siempre se deja alguna anécdota o curiosidad. Es lo que ha pasado en el funeral de Francisco, del papa Francisco, en el que tal era la multitud que se ha dado cita en Roma que incluso se han podido ver imágenes de curas y monjas a la carrera para dar su último adiós a Bergoglio.
Porque nadie quería quedarse fuera de la plaza de San Pedro. De una que estaba a rebosar y por la que muchos fieles han hecho cola. Han hecho cola durante largo, largo tiempo. "Llevamos toda la noche, no he podido ni ir a hacer pis", cuenta un hombre.
A las 05:30 ha sido cuando se han abierto la vallas para dejar a los fieles entrar, y así estaban, tal y como cuenta una de las allí presentes: "La gente entraba en un estado de nerviosismo, porque ven que el momento es inminente".
Calor en el funeral
Y a las 10:00, a hombros, sacaban el féretro de la basílica. Austero, como quería Francisco, pero no exento de complicaciones. Algunas, por la temperatura. Porque se rozaban los 20 grados y el sol pegaba más que fuerte. Uno de los portadores del ataúd, resoplando.
Los líderes, sintiendo el calor romano. Ellos, salvo Trump, de negro; ellas, cubiertas. Como manda el protocolo. Algunos, incluso, usaban el libro de oraciones para refrescarse y usaban los paraguas como sombrilla. El agua, un bien más que necesario en las dos horas de funeral.
Julian Assange, presente
Con, además, Julian Assange presente. Ha acudido junto a su mujer y sus hijos. Se ha visto de lejos al fundador de Wikileaks, pero se le ha vito. Era su último adiós al papa, a un papa que le propuso asilo en el Vaticano cuando fue perseguido y amenazado.