Las imágenes son inquietantes. Un equipo de la televisión británica Sky News circula por las carreteras de los alrededores de Kiev, la capital de Ucrania, cuando de repente su recorrido se detiene entre gritos. "¡Periodista! ¡Periodista!" gritan ambos periodistas, entre tiros que destrozan su coche.

El operador de cámara recibió dos disparos en el chaleco antibalas y la corresponsal resultó herida.

Este ataque es uno de los que ha denunciado la organización Reporteros sin Fronteras (RSF), que ha presentado una demanda contra Rusia ante la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de guerra en Ucrania en razón de los ataques que han destruido antenas de emisión de decenas de radios y televisiones de ese país para impedirles la emisión.

La denuncia se asienta en el argumento de que una antena de radiodifusión no puede considerarse un objetivo militar más que si es utilizada por el Ejército, si se dedica temporalmente a un uso militar o si tiene simultáneamente una utilización civil y militar. RSF explica en un comunicado que en su procedimiento demuestra que las torres de televisión eran de uso únicamente civil, lo que significa que los ataques eran contra los medios de comunicación ucranianos a los que Moscú ha acusado de participar en una estrategia de información.

La organización de defensa de la libertad de prensa también subraya el carácter "intencional" de la destrucción de las torres y el hecho de que se estén llevando a cabo a gran escala, lo que pone en evidencia que hay "un plan deliberado". Quiere que la Fiscalía de la CPI integre su denuncia de crímenes contra los medios en las investigaciones que ha lanzado sobre lo que está ocurriendo en Ucrania.