Varios de los 15 sospechosos de la desaparición y presunto asesinato de Khashoggi son del círculo más cercano del príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salman. Uno de ellos es acompañante habitual en sus viajes al extranjero.

Mohamed Bin Salman se vendía como un modernizador, un reformista. Él fue quien ordenó abrir salas de cine y dio el visto bueno a que las mujeres condujeran. En vaqueros y americana se reunía con Zuckerberg.

"Necesita apoyos. La sociedad saudí es muy joven: cerca de 15-16 millones de saudíes tienen menos de 35 años, lo que está haciendo es lanzar campañas mediáticas para ganarse el apoyo de eso jóvenes" explica Ignacio Álvarez-Ossorio, profesor de Estudios Árabes de la Universidad de Alicante.

Porque su designación como heredero pisó muchos callos. Había varios aspirantes al trono pero su padre, el rey Salman, le eligió a él. Desde entonces acumula más poder que nadie pero ha cometido errores importantes.

"Lo que iba a ser un paseo militar en Yemen se ha convertido en una crisis humanitaria donde Arabia Saudí está empantanada. Su propio plan de reformas con su visión 20 30 está obstaculizado porque necesita fondos" Asegura Jesús Núñez, codirector del Instituto de Estudio de Conflictos y Acción Humanitaria.

Ahora se suma el caso Khashoggi y sus enemigos ven su momento: "Está por ver si realmente ese malestar que están generando muchas de sus acciones se va a transformar en un golpe palaciego, no sería la primera vez que pasa en Arabia Saudí" defiende Álvarez-Ossorio.

"Se trata de ver si el rey Salman está en condiciones de defender su propia apuesta. Si ante las presiones que va a sufrir por parte de otras facciones, va a conseguir soportarlas" explica Núñez. Otra cosa es la relación de Occidente con Arabia Saudí porque Riad sigue teniendo en su mano cerrar el grifo del petróleo.