El nuevo presidente provisional de Zimbabue, Emmerson Mnangagwa, pidió a los zimbabuenses no "ser rehenes" del "pasado" y, aunque alabó el legado de su predecesor, Robert Mugabe, aseguró que el país inicia una nueva era.

Además, una buena parte de su primera intervención pública como jefe de Estado estuvo dedicada a la golpeada economía de Zimbabue, que enfrenta "grandes desafíos", además de prometer que el próximo año se llevarán a cabo elecciones presidenciales tal y como estaba previsto.

Mnangagwa afirmó en su discurso que gobernará para todos sin importar raza o afiliación política.