Para entender por qué la seguridad en Ecuador ha saltado por los aires, hay que remontarse al fin de la era de mano dura con las bandas criminales del expresidente Rafael Correa (2007.2017) y la posterior alianza de éstas con los cárteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco. También las mafias colombianas e incluso de los Balcanes. La analista senior para América Latina de 'Cidob', Anna Ayuso, profundiza: ""Ahí es dónde se produce un punto de inflexión y dónde se vuelven más violentos y apuestan más por la política de enfrentamiento".

La Casa Blanca revelaba que un tercio de la cocaína producida en Colombia en 2019 iba dirigida a Ecuador, en concreto al puerto de Guayaquil. Para mandarla desde allí hasta América del Norte y Europa.

Con la economía del país hundida tras la pandemia, bandas como los Choneros, los Lobos y los Tiguerones multiplican sus actividades delictivas. Eduardo Saldaña, codirector de 'El Orden Mundial' lo vincula a la muerte del líder de los Choneros y el estallido de la guerra entre mafias: "eso desató en 2020 una guerra entre pandillas por el poder y las rutas del narcotráfico".

Las muertes violentas se han disparado en las calles. 2023 ha batido el récord de asesinatos, con cerca de 7.900 muertes violentas, la mayoría sin resolver. Y las cárceles son ahora centros de mando de los grandes capos. Desde allí habrían ordenado ejecutar al candidato presidencial Fernando Villavicencio en agosto de 2023. Anna Ayuso, de Cidob, argumenta: "hay un problema de impunidad y la impunidad hace que crezca la sensación de poder hacer lo que quieran por parte de las bandas".

En las últimas horas, tanto Adolfo Macías, alias Fito, líder de los Choneros, como su gran rival, Fabricio Colón Pico, alias Capitán Pico, de Los Lobos, se han fugado con la connivencia de sus carceleros, dicen desde Ecuador. Han desatado la crisis actual, en un claro desafío por hacerse con el poder económico, social y hasta político. Daniel Noboa, presidente ecuatoriano, ha ordenado capturarlos con la idea de replicar las macrocárceles de Bukele en El Salvador.