Un siglo después del final de la Primera Guerra Mundial, Francia y Alemania sellaron la alianza que les une hoy día con un acto de gran carga simbólica en el mismo lugar en que las potencias aliadas y los alemanes acordaron acallar las armas. Lo que en 1918 fue un encuentro entre vencedores y vencidos ha cambiado de naturaleza hasta el punto de convertirse en una de las sociedades más consolidadas del mundo actual.

Así lo demostraron este sábado, entre gestos de afección y complicidad, el presidente francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel, que se convirtió en la primera mandataria de ese país que visita el lugar.

La ceremonia celebrada en el Memorial del Armisticio en Compiègne (al norte de París) fue un contrapunto a la tensión que se respiró horas antes en la entrevista que mantuvieron el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y Macron en el Elíseo.

El francés y la alemana, que no dieron ningún discurso, se limitaron a recordar con solemnidad a los caídos en la Gran Guerra y firmaron en el Libro de Oro del "Vagón del Armisticio", un modelo exactamente igual al que sirvió como oficina al mariscal francés Ferdinand Foch y acogió el armisticio.

Después de la ceremonia, Merkel y Macron departieron con varios jóvenes asistentes al evento, a quienes el francés recordó que las más de siete décadas de paz en Europa sólo han sido posibles porque los países, especialmente Francia y Alemania, así lo han querido.

Para Macron, la etapa de Compiègne supuso la penúltima escala de lo que ha denominado como su "itinerancia de la memoria", un recorrido que a lo largo de la última semana le ha llevado por los principales escenarios de la Primer Guerra Mundial.

El acto central que coronará esta semana de conmemoraciones tendrá lugar el domingo, cuando 72 jefes de Estado y de Gobierno de todo el mundo se reúnan a los pies del Arco del Triunfo en París para rendir homenaje a las 16 millones de víctimas de la contienda.

Entre los invitados a la ceremonia estarán presentes Trump, Merkel o el presidente ruso, Vladimir Putin, además del rey Felipe VI y del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez.

Tras ese acto y una comida en el Palacio del Elíseo, Merkel y Macron inaugurarán el Foro por la Paz, un evento que Francia ha diseñado para impulsar el multilateralismo y la gobernanza mundial pero en el que no participará el presidente de EE.UU.

La concentración de líderes mundiales ha obligado a las autoridades francesas a realizar un fuerte despliegue de seguridad, con más de 10.000 efectivos movilizados.

Preocupa especialmente al Gobierno francés una manifestación convocada en la plaza de la República para protestar contra la presencia de Trump en Francia.

Los medios franceses informaron de los temores a que entre los manifestantes puedan infiltrarse elementos radicales antisistema con la intención de reventar la protesta y causar disturbios con las fuerzas de seguridad.