La canciller alemana criticó hoy enérgicamente la decisión de Hungría de prohibir la llamada propaganda homosexual y agregó que entre socios hay que abordar las "diferencias políticas". "En primer lugar considero que esta ley es errónea e incompatible con lo que yo entiendo por política. Si se permiten uniones civiles del mismo sexo, pero se limita la información sobre ello, eso también tiene que ver con libertad de educación. Es algo que rechazo políticamente", dijo la canciller.

En su última comparecencia en el Bundestag (cámara baja) para someterse a las preguntas de los diputados antes de abandonar su actividad política, la canciller subrayó que compete a la Comisión Europea decidir si esta ley atenta contra el derecho comunitario.

"No estoy segura de si el Parlamento húngaro ya aprobó esta ley o si aún está a debate, pero en todo caso, yo la critico claramente", reiteró. Al mismo tiempo aseguró que su postura hacia Hungría es de "relación muy amistosa", pero "si hay diferencias políticas, se nombran", dijo, y añadió que cualquier jefe de Gobierno, también el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, haría lo mismo por su país.

La UE amenaza con expedientar a Hungría

La Comisión Europea considera que la polémica ley que entró en vigor este miércoles puede violar las leyes de tecnología y medios de la Unión Europea. El proyecto de ley limita "injustificadamente" el contenido de televisión y en línea actualmente regulado en la UE bajo la Directiva de Servicios de Medios Audiovisuales y la Directiva de Comercio Electrónico, escribieron los comisarios de Mercado Interior, Thierry Breton y el de Justicia, Didier Reynders, en una carta a la ministra de Justicia húngara, Judit Varga, a la que piden una respuesta antes del 30 de junio.

La misiva motivada por "el nuevo proyecto de ley húngaro que discrimina a las personas por su orientación sexual" ha sido divulgada por la Comisión en su cuenta en Twitter. El Ejecutivo comunitario subrayó que las reglas europeas no permitirán que Hungría elimine el contenido LGTBIQ porque está protegido por derechos fundamentales.

Críticas de 16 países miembros

Más de la mitad de los jefes de Estado y de Gobierno de la UE que este jueves se reúnen en Bruselas, entre ellos el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, o la propia canciller alemana, Angela Merkel, han denunciado las "amenazas" que aún existen contra los derechos fundamentales y llamado a combatir la discriminación contra el colectivo LGTBIQ, en una carta que evita nombrar expresamente al primer ministro de Hungría, Viktor Orban, y su nueva ley que prohíbe hablar de homosexualidad en las escuelas.

"Debemos seguir luchando contra la discriminación hacia la comunidad LGTBIQ, reafirmando la defensa de nuestros Derechos fundamentales. El respeto y la tolerancia están en el centro del proyecto europeo", dice la carta firmada por 16 de los 27 líderes de la UE y enviada a la jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, al presidente del Consejo europeo, Charles Michel, y al primer ministro portugués y presidente de turno de la UE, Antonio Costa.

Se trata de la segunda coordinada esta semana entre una mayoría de Estados miembros para reaccionar ante la nueva ley húngara anunciada como un refuerzo de la protección del menor frente a delitos de pedofilia pero que incluye medidas que discriminan y estigmatizan a este colectivo, por ejemplo prohibiendo charlas sobre homosexualidad en las escuelas o vetando la difusión en televisión de contenidos que aborden la situación del colectivo LGTBIQ.

Ya el martes, los países del Benelux (Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo) circularon una primera carta a nivel de ministros que sumó el apoyo de otros catorce socios y que denunció la legislación húngara al tiempo que instaba a la Comisión Europea a emprender acciones legales contra el Gobierno de Orban para parar la nueva norma.

Von der Leyen calificaba este miércoles la ley tramitada en Hungría de "vergüenza" para la UE, afirmando que usaría "todos los poderes" de su Ejecutivo para proteger los derechos fundamentales de todos los europeos, "sean quienes sean y vivan donde vivan".

El texto de líderes, que además de Sánchez y Merkel firman otros mandatarios como el francés Emmanuel Macron, el irlandés Michéal Martin, el italiano Mario Draghi, o el holandés Mark Rutte, evita sin embargo las referencias directas al caso de Hungría cómo si hizo el documento consensuado a nivel de ministros.