El primer McDonald's que se abrió en Marsella cuenta con una historia única. Lo único que queda de ese edificio de la cadena de comida rápida es la icónica 'M', ya que ahora se trata de un proyecto solidario que ha ayudado -y ayuda- a quienes peor lo están pasando por la pandemia.

Todo comienza en diciembre de 2019, cuando McDonald's anuncia el cierre de esta sede y el despido de 70 trabajadores. Ellos decidieron atrincherarse en el edificio, convirtiéndolo en un banco de alimentos en los días más difíciles de la pandemia de coronavirus.

Con la colaboración de asociaciones, donaciones y voluntarios, han ayudado a más de 150.000 personas. Ahora, reparten una media de 1.200 bolsas de comida diarias. Un 54% de las familias en este barrio viven en la pobreza extrema.

Pero no todo ha sido un camino de rosas en la lucha por mantenerlo activo. McDonald's quería recuperar sus instalaciones, echarlos, pero decidieron resistir hasta que a principios de este mes de junio llegaban al fin buenas noticias

El Ayuntamiento de Marsella compraba la finca a la multinacional, lo que significa que podrán seguir ayudando a los que más lo necesitan.