La tensión es máxima en las calles venezolanas con, cada vez, más disturbios en las manifestaciones contra el Gobierno y con un presidente, Maduro, que responde sacando músculo ante lo que llama "amenazas internas y externas". Exhibiendo, además, a decenas de miles de militares y milicianos civiles.

"Sí, estoy como una cabra, loco por Venezuela y la revolución", destaca Maduro. La oposición tampoco hace demasiado por apaciguar esta retórica belicista. "Si Maduro quiere aplicar este decreto que vaya preparando los tanques de guerra", declara Henrique Capriles, líder opositor venezolano.

Discursos que, con un pueblo harto de carestía y penurias, alimentan una situación explosiva. "Ya estamos tocando el fondo", lamentan sus ciudadanos. Ante la que cada vez más voces piden negociación, mediación internacional llegado el caso. Como la encabezada estos días por el expresidente Zapatero, cuyos buenos oficios para facilitar el proceso ha destacado el Departamento de Estado de EE.UU.

Lo mismo opinan el Gobierno de la vecina Colombia y la propia oposición venezolana. "Sería una muestra de talante y solidaridad", detalla Lilian Tintori. Ese talante es, dicen, la única manera de garantizar el respeto a la voluntad del pueblo, el Estado de Derecho y el proceso democrático.

El presidente Rajoy también ha querido expresar, en 'El País', su apoyo a los venezolanos, a su prensa libre y a sus demócratas frente a un populismo que, asegura, "no ha generado más que desabastecimiento, represión y violencia".