Alrededor de 40 millones de italianos están confinados a partir de hoy y hasta el 6 de abril, una medida con la que el Gobierno italiano quiere frenar los contagios de coronavirus y domar la "nueva ola" que atraviesa el país.

El presidente de la República, Sergio Mattarella, firmó este sábado el decreto con medidas urgentes para afrontar la propagación de la COVID-19 aprobado por el Gobierno italiano de Mario Draghi el viernes.

A partir de hoy, las regiones de Lombardía, Piamonte, Emilia-Romaña, Friuli-Venecia Julia, Véneto (norte), Las Marcas (centro), Campania, Apulia y Molise (sur) y Lacio, con capital en Roma; y la provincia autónoma de Trento (norte) estarán en la llamada "zona roja", un confinamiento que cerrará todos los negocios no esenciales y permitirá salir de casa solo por motivos de salud, laborales o de urgencia, o para hacer deporte si es en las inmediaciones. Además, del 3 al 5 de abril, los tres días más señalados de la Semana Santa, todo el pasará a estar confinado.

Las medidas son drásticas, pero necesarias ante el incremento de los contagios, que superan ya los 3,17 millones desde febrero de 2020, y el Ejecutivo brindará apoyo económico a las familias y empresas afectadas, ha explicado el gubernamental Movimiento 5 Estrellas (M5S) en una nota.

"Se brindará apoyo a las familias para hacer frente a lo que ocurrirá en muchas regiones italianas. El siguiente paso será acelerar la campaña de vacunación, porque solo así podremos cerrar este dramático y larguísimo período", ha señalado la formación.

También el líder de la ultraderechista Liga, Matteo Salvini, que respalda el Gobierno de Mario Draghi, ha opinado que los ciudadanos tienen todavía que aguantar en marzo, hacer sacrificios para evitar el colapso de los hospitales y "agradecer a la comunidad médica lo que está haciendo", para a partir de abril ir recobrando la normalidad.

Italia registra desde hace días más de 20.000 casos diarios de contagios de coronavirus y las unidades de cuidados intensivos y los hospitales rozan los umbrales de saturación.

Las autoridades italianas están preocupadas por la rápida circulación de las variantes en el país, especialmente la británica, frente al ritmo más lento de la campaña de vacunación.

Draghi ya ha dicho en reiteradas ocasiones que el Gobierno trabaja en un plan para impulsar las vacunaciones en todo el país para alcanzar lo antes posible a la inmunidad de grupo. De momento, y ante la "nueva ola" que vive el país, el Ejecutivo ha optado por un decreto con el que confina toda Italia en los tres días de Semana Santa, del 3 al 5 de abril.

Además, entre el 15 de marzo y el 6 de abril, las regiones que tengan una incidencia semanal de 250 contagios por cada 100.000 habitantes pasarán a "zona roja".