Con gesto serio y preocupado, pero en un segundo plano. Así está actuando Theresa May en el escándalo de acoso sexual de más de 40 miembros de su partido dentro del parlamento británico. De momento calla y delega en los portavoces oficiales. "El Parlamento pide tolerancia cero", ha señalado una de las portavoces.
Desde el propio partido conservador se ha elaborado un documento donde se nombra y enumera los casos de acoso sexual y los comportamientos inapropiados. Uno de los nombres es el de Stephen Crabb, exsecretario de Estado de Trabajo. Tras una entrevista a una becaria de 19 años, le envió mensajes sexuales.
Otro es Mark Garnier, actual secretario de Estado de Comercio Internacional. Ordenó comprar juguetes sexuales a su secretaria y la llamó "tetas dulces" en público varias veces. Destaca, también, la conducta del actual ministro de Defensa, Michael Fallon. Tocó sin consentimiento la rodilla a una periodista, que amenazó con darle un puñetazo en la nariz si reincidía. Finalmente pidió disculpas.
En el polémico listado se recogen bochornosos capítulos de trato vejatorio a las mujeres, con frases textuales como "ven y siente la longitud de mi pene" o "Dios, cómo amo esas tetas". El gobierno británico ha prometido actuar con urgencia en los próximos días para castigar estos comportamientos inadmisibles.