Hasta 350.000 manifestantes, según los convocantes, han salido a las calles de Berlín, Fráncfort y otras cinco ciudades de Alemania en protesta contra los proyectados acuerdos de libre comercio de la Unión Europea con Estados Unidos (TTIP) y con Canadá (CETA).

La marcha berlinesa ha arrancado en la céntrica Alexanderplatz en dirección hacia el antiguo sector este de la capital alemana,con unos 70.000 participantes, de acuerdo a cifras policiales.

En Fráncfort, la marcha ha congregado a unas 25.000 personas, según ha indicado la Policía, cifra que los convocantes elevan al doble, y ha discurrido desde la plaza de la Opera Antigua hasta el centro de la ciudad.

Paralelamente, otros miles de manifestantes han desfilado por las calles de Colonia, Hamburgo, Leipzig, Múnich y Stuttgart, concómputos de participación que oscilan entre los 15.000 y los 40.000 asistentes cada una.

La Policía ha desplegado fuertes dispositivos de seguridad, especialmente en Fráncfort, capital financiera y banquera alemana.

Tanto en esa ciudad como en Berlín, las protestas han estado acompañadas de actuaciones musicales y un despliegue de pancartas con lemas como "Parar CETA y TTIP - por un comercio mundial justo", en un ambiente festivo y sin incidentes.

Los convocantes de la jornada de movilización han sido desde partidos políticos, como socialdemócratas, los Verdes y la Izquierda, hasta sindicatos, grupos ecologistas y religiosos, que exigen la inmediata interrupción de estas negociaciones con EEUU y la suspensión de la ratificación del acuerdo con Canadá.

La marcha ha coincidido con el regreso al país del ministro de Economía, vicecanciller y líder socialdemócrata, Sigmar Gabriel, tras una visita realizada a Canadá, centrada justamente en el CETA, cuya aprobación deberá ser sometida a los Parlamentos de los Estados miembros de la UE.

Las discrepancias en las negociaciones del TTIP con EEUU han creado fricciones en la coalición de gobierno en Berlín de cristianodemócratas y socialdemócratas.

En unas recientes declaraciones a la televisión pública alemana, el propio Gabriel ha dado por fracasadas de facto las negociaciones con EEUU.

En Alemania hay gran rechazo entre la población por el temor a que bajen los estándares de calidad, sociales y medioambientales y que entren en Europa alimentos manipulados genéticamente, que en EEUU se venden más fácilmente. La industria alemana ha pedido al Gobierno alemán que hable con una sola voz y que destaque las ventajas del TTIP.