El Gobierno ha determinado que más de 200 niños que siguen bajo su cuidado tras ser separados de sus familiares en la frontera no serán reunificados con sus padres, principalmente porque estos renunciaron a ese derecho, según un informe entregado a la corte federal del sur de California.

La Administración Trump ha enumerado los motivos para excluir a los hijos de 226 padres que forman parte de una demanda colectiva interpuesta por la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés), bajo la cual se obligó al Gobierno a reunificar a cientos de familias afectadas por la política de "cero tolerancia" contra la inmigración irregular.

De dicho número, los abogados del Departamento de Justicia (DOJ) encontraron que 55 niños no fueron separados de sus padres, 28 son de progenitores que se encuentran en Estados Unidos y renunciaron a su derecho de reunificación, 29 son de padres catalogados como no aptos para recibir al menor y 114 son de padres deportados que han notificado la no reunificación.

Asimismo, el Gobierno federal ha informado a la corte de que ha reunido a 2.217 de los 2.654 niños que fueron separados de sus padres en la frontera, por lo que el proceso continúa para 211 menores, seis de ellos de menos de cinco años.

Los niños cuyos padres han renunciado a dicho derecho podrán ser entregados a otros familiares o tutores. En el caso de los padres que han sido deportados, muchos de ellos han preferido renunciar a sus hijos en lugar de exponerlos a las condiciones de violencia que aquejan a sus países de origen, señalaron abogados de la ACLU.