En su huida del terrorismo, a los refugiados el invierno les ha atacado con toda su crudeza. ACNUR estima que hay más de 195.000 familias de refugiados en riesgo por frío. Las imágenes más duras se ven en campamentos como los de Líbano, donde una tormenta de viento y nieve les ha sorprendido y ahora tratan de calentarse como pueden. Los pocos ahorros que tienen los gastan en combustible para calentarse.