Se define como antiinmigrantes y euroescéptica. Marine Le Pen quiere convertirse en la primera mujer presidenta de Francia. Entró en política hace 31 años, pero fue en 2011 cuando cogió las riendas del Frente Nacional después de casi 40 años de liderazgo de su padre. Le Pen es la única que ha conseguido que su partido llegue tan alto y colocarse en el foco de la atención política francesa y europea.

La candidata de extrema derecha se identifica con el sentimiento antiglobalización de Donald Trump y el estímulo británico a favor del Brexit, incluso plantea el referéndum para que Francia siga los pasos de Reino Unido. Sus planes de abandonar el euro y obligar al banco central francés a financiar el gasto estatal han levantado todas las alarmas en la Unión.

Dice que el trabajo y los subsidios deben ser primero para los franceses. Presume de ser la voz de la calle y de la clase obrera y una de sus promesas estrella es reforzar las fronteras. En la primera ronda, Le Pen consiguió el 21,3% de los votos, la mayoría de franceses que no tienen estudios y de bajo nivel adquisitivo.

Es la primera vez que Marine Le Pen llega a la segunda ronda de las presidenciales francesas. Ha defendido a capa y espada su programa ante Macron. La exabogada está investigada por el presunto uso indebido de fondos de la Unión Europea en su partido. Le Pen asegura que esas denuncias son tácticas de perdedores para descarrilar su candidatura presidencial.