Las marchas se realizaron en todo el país, aunque las de Caracas fueron las más concurridas y por ello la ciudad se vio dividida en dos para recibir, en el centro-este, a los manifestantes opositores que caminaron "por la libertad", y en el centro-oeste, a los chavistas que condenaron el vandalismo en el marco de las protestas.
Tras la marcha opositora algunos grupos decidieron ir hacia el municipio Chacao, en el este de Caracas, con la idea de activar nuevamente una protesta en la zona como lo han hecho a lo largo de las últimas cinco semanas, y fueron reprimidos fuertemente por la Policía y la Guardia Nacional (policía militarizada).
Los opositores atendieron la convocatoria hecha por el dirigente opositor Leopoldo López, preso desde hace más de un mes en una cárcel militar cercana a Caracas después de que una marcha convocada por el movimiento estudiantil y el bando opositor al que pertenece terminara con tres muertos y decenas de heridos.
Fue López quien convocó a marchar hoy por la "libertad", invitación la que apoyaron la alianza de partidos opositores y el movimiento estudiantil, que también pidieron la liberación de los dos alcaldes que fueron detenidos el miércoles pasado, acusados de fomentar la violencia en sus municipios.
La esposa de López, Lilian Tintori, leyó hoy a los manifestantes que atendieron a la convocatoria una carta del dirigente preso en la que llama al presidente Nicolás Maduro "dictador de Venezuela" y le pide su renuncia para "abrir paso a un mejor futuro" para el país y en la que el preso asegura que aunque está "aislado" se siente "fuerte y firme".
La marcha, a la que asistieron cientos de miles de personas incluyendo al líder opositor Henrique Capriles, terminó después de que hablaran varios dirigentes estudiantiles y políticos, entre ellos Carlos Vecchio, sobre quien pesa una orden de captura.
"Venezuela vive uno de los momentos políticos más difíciles de su historia contemporánea, se nos pone a prueba a nosotros como nación (...) se han restringido todas las libertades, y cuando digo libertad me refiero a la libertad de la patria", dijo Vecchio, ovacionado por una multitud.
El alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, exigió "la liberación inmediata" de Leopoldo López, los alcaldes opositores de San Cristóbal (oeste), Daniel Ceballos, y de San Diego (centro), Enzo Scarano, y los estudiantes detenidos por supuestamente contribuir con la violencia en las protestas, entre otros cargos.
El jefe del Estado, por su parte, ofreció un discurso a los universitarios que marcharon para condenar los hechos de vandalismo en el marco de las protestas opositoras y aseguró que "la derecha venezolana" ha derivado en posiciones "extremistas" y "neofascistas" y ha quemado 15 universidades.
"Que nadie le quede duda, no estamos exagerando. No solo quemaron la Unefa (Universidad Experimental de la Fuerza Armada) de San Cristóbal, han quemado 15 universidades o recintos universitarios en el país y hoy lo denuncio ante el mundo.
En Venezuela hay un golpe de Estado contra el pueblo", dijo Maduro. Sin embargo, aseguró que esos grupos violentos son "una minoría dentro de la minoría" que no ocupa ni el 10 % de la población, y llamó a la oposición a participar en el "diálogo nacional por la paz".
También celebró junto al embajador venezolano ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Roy Chaderton, quien hoy arribó al país, que este organismo suprimiera de su agenda del viernes el punto referente a la "situación de Venezuela" y que la diputada opositora venezolana María Corina Machado no pudiera intervenir.
"Ayer (viernes) la contraderecha fascista fue a pasearse por las fauces del imperio, fue un paseo breve (...), la interesada quedó muda por la acción de los Estados que le impidieron el irrespeto para los principios establecidos, como dicen los burócratas, en la carta de la OEA", dijo Chaderton.
Venezuela vive una oleada de protestas desde el pasado día 12 de febrero contra el Gobierno de Nicolás Maduro que ha dejado hechos de violencia y un saldo oficial de 31 muertos, más de 450 heridos y casi 2.000 detenidos, 121 de ellos aún en prisión.
No obstante, el viernes se registraron dos nuevas muertes de bala en los municipios de San Cristóbal y San Diego supuestamente en el marco de las protestas.