El ganador de las elecciones presidenciales lusas, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, prometió que será el presidente "de todos los portugueses y portuguesas" y servirles "por igual" y "sin discriminaciones".

"No hay vencidos en estas elecciones presidenciales", en las que "fue el pueblo el que me honró" con su apoyo, afirmó en su primer discurso como presidente electo y ante decenas de simpatizantes en la facultad de Derecho de la Universidad de Lisboa. La elección de ese lugar ha sido "una elección de naturaleza afectiva", dijo el conocido como 'profesor Marcelo', antes de recordar que "esta casa hizo de mí mucho de lo que soy".

Tras recordar que el actual es un momento complicado, "de incertidumbre y desafío", Rebelo de Sousa lanzó un mensaje esperanzador, al afirmar que "tenemos que actuar con prudencia para minimizar los riesgos" y para crecer de forma sostenible, creando al mismo tiempo justicia social.

"Tenemos que corregir las injusticias que la crisis agravó", prosiguió, en un alocución en la que dejó clara su voluntad de entendimiento y diálogo con el actual Gobierno socialista. El presidente de la República, dijo, es el primero que quiere que el Gobierno gobierne con eficacia y con éxito".

"Es hora de rehacer Portugal. Viva Portugal", concluyó el claro vencedor de los comicios con más del 50% de los apoyos, proclamándose así presidente sin necesidad de concurrir a una segunda vuelta electoral.

En segunda posición se situó el ex rector de la Universidad de Lisboa, António Sampaio da Nóvoa, considerado próximo al Partido Socialista, con un 22% de las papeletas. La gran derrotada de estas presidenciales fue la socialista Maria de Belém que cayó hasta el cuarto lugar, con un porcentaje de apoyos de apenas el 4%.

Por el contrario, la sorpresa fue la de la eurodiputada Marisa Matías, del Bloque de Izquierda -formación hermanada con Podemos y Syriza en el Parlamento Europeo-, que se colocó tercera con alrededor del 10% de los sufragios.